Es uno de los elementos más necesarios en nuestro día a día, pero en ocasiones nos olvidamos de ella. La insulina salva vidas, especialmente en esos casos donde la falta de esta sustancia en el organismo impide realizar una vida normal. Cabe destacar ,que la insulina es una hormona que ayuda al cuerpo a asimilar la glucosa en las células y a la vez suministrarles energía. Secretada por el páncreas, la insulina interviene en el proceso metabólico de los nutrientes y especialmente en el anabolismo de los glúcidos. Eso sí, también influye la alimentación y nutrición.

En otros casos, nos encontramos con enfermedades como la diabetes, que se caracteriza por tener los niveles de glucosa en sangre muy altos por encima de lo recomendado. Existen dos tipos de diabetes, por un lado, en la de tipo 1 el cuerpo no es capaz de producir suficiente insulina. En cambio, en la diabetes de tipo 2, que es la más común, el propio organismo no es capaz de gestionar y asimilar la insulina de la manera idónea, haciendo que la glucosa permanezca en la sangre. 

Si no es tratada a tiempo, la diabetes y el exceso de glucosa en sangre puede ocasionar serios problemas en los pacientes. De este modo, se puede llegar al punto de dañar la vista, los riñones y el sistema nervioso. No obstante, también se puede llegar a ocasionar problemas cardíacos, derrames cerebrales e incluso, se podría amputar alguna extremidad. 

Para detectar este tipo de enfermedades, se recomienda que se acuda a un especialista y se solicite un análisis de sangre. A su vez, también se podrían optar por la realización de un test de glucosa en las farmacias que nos puede indicar cómo se encuentra el paciente en ese momento. Con estos sencillos pasos, se puede tener controlada y gestionada la enfermedad desde etapas prematuras de la misma. 

Velando por la salud casi 100 años

En el momento en el que se descubrió que la insulina podría salvar vidas todo cambió. El 11 de enero de 1922 se comenzó a utilizar los tratamientos de insulina en humanos. Descubierta en 1921, varios meses más tarde el primer paciente ya empezó a recibir la primera inyección mediante un extracto pancreático. Los niveles de azúcar bajaron un poco. En este caso fue un paciente de 14 años llamado Leonard Thompson, que después de realizar algunas modificaciones en el preparado inicial, comenzó a recibir dosis diarias durante 13 años. 

La ciencia seguía un paso por delante y con esta iniciativa, se marcó el camino a seguir. El trabajo y descubrimiento supuso una mejora importante en el tratamiento de la diabetes, especialmente en la del tipo 1, siendo el único efectivo en la actualidad. De este modo, los pacientes y enfermos de esta enfermedad pueden ser controlados con cierta facilidad gracias al tratamiento con insulina. 

Desde que se descubrió la insulina, se conoce que permite mantener en unos valores estables los niveles de glucosa en la sangre. Se trata de una relación inversa entre la glucosa y la insulina, donde a mayor producción de insulina, los niveles de glucosa en sangre serán menores.

La diabetes tiene unos síntomas muy característicos, entre los que se encuentra un incremento de la sed y una sensación de hambre continuada. A todo ello, existe una micción frecuente acompañada de pérdida de peso significativa sin un motivo determinado.

En la actualidad, uno de los trabajos de investigación más importantes es tener la capacidad controlar la enfermedad para poder proteger el corazón. Se estima que los enfermos de diabetes tienen tres veces más riesgo de padecer un infarto de miocardio.