En nuestro día a día existen distintos factores que pueden provocar alteraciones en nuestro organismo según la tipología de producto que se consuma y sus hipotéticas respuestas o efectos secundarios. Partiendo de esa premisa, una de las alergias más predominante es la conocida como intolerancia a la lactosa, lo que genera problemas en el correcto funcionamiento generando alteraciones. Aun así, mantener unos hábitos de alimentación saludables influirá en la respuesta de nuestro cuerpo a esta intolerancia y beneficiará en la salud de nuestro organismo.
Tradicionalmente, el cuerpo humano comienza a dejar de segregar la enzima de la lactasa, la cual se encarga de degradar la lactosa en el intestino, desdoblándola en azúcares sencillos como la glucosa y la galactosa, los cuales serán absorbidos correctamente cuando el intestino delgado realice sus funciones.
Principales síntomas de intolerancia a la lactosa
Como se ha comentado con anterioridad, todo ello se debe a una mala absorción de la lactosa, por lo que se llega a producir concentraciones bajas de lactasa. En el caso de la lactosa que no es digerida, esta pasa al colon, que se encarga de descomponer la lactosa y a la vez generar fluidos y gases.
A continuación os dejamos los síntomas más frecuentes:
- Hinchazón
- Distensión abdominal
- Diarrea
- Gases
- Náuseas
- Dolor abdominal
- Ruidos estomacales
- Vómitos
La intolerancia a la lactosa puede estar producida por distintas causas, aunque se ha observado que según la situación de cada paciente o persona se puede producir de una manera u otra. Por ello, es importante estudiar el caso de cada individuo y a la vez estimar tomar las medidas oportunas.
Según la situación de cada uno, estos son los factores de riesgo más predominantes:
- La edad: El cuerpo de una persona joven no es el mismo que el de una persona de edad avanzada. Por ello, se observa que existe un factor predominante en las personas que se encuentra en la madurez o edad adulta, frente los niños pequeños o recién nacidos, donde el organismo genera la enzima sin problemas.
- Etnia: Puede parecer absurdo, pero la raza y sus orígenes influyen y mucho en los posibles cambios digestivos que puede tener una persona tanto a corto como a largo plazo. Estadísticamente, se ha comprobado que las personas africanas, asiáticas, hispanas o americanas cuentan con mayor probabilidad de contar con intolerancia a la lactosa.
- Nacimiento prematuro: Los bebes que nacen antes de tiempo pueden contar con unos índices reducidos de la lactasa. Esto se debe principalmente a que el intestino delgado sigue sin formarse adecuadamente y a la vez no genera células productoras de lactasa. Esta situación se produce especialmente en el tercer trimestre.
- Enfermedades intestinales: En algunos casos, los problemas de salud intestinales, especialmente en el delgado, pueden provocar la intolerancia a la lactosa debido a un crecimiento bacteriano excesivo, generando problemas de celiaquía y a la vez provocan la conocida enfermedad de Crohn.
- Tratamientos invasivos: En el caso de que te encuentres recibiendo quimioterapia o bien radioterapia, para el cáncer de estómago o cuentes con algunas complicaciones intestinales, es probable que tengas mayores posibilidades de tener intolerancia ala lactosa.
Tipologías de intolerancias
Dependiendo del estado de salud de cada persona y el grado de intolerancia que tenga, sus sintomatologías y problemas de salud pueden ser unos u otros. Tradicionalmente, este tipo de patologías se clasifican en tres grupos:
Intolerancia a la lactosa primaria
Se caracteriza principalmente por ser la más común. La mayoría de este tipo de pacientes comienzan a producir la lactasa desde recién nacidos, como es el caso de los bebés, que se alimentan principalmente por la lactancia materna. Poco a poco, cuando empiezan a consumir otro tipo de alimentos, su producción disminuye, por lo que se recomiendan reemplazarlo por productos lácteos que consumirán de adultos. En este caso, nos encontramos con una fuerte caída de la producción de la lactasa, por lo que algunos productos lácteos son difíciles de digerir.
Intolerancia a la lactosa secundaria
Este tipo de intolerancia a la lactosa se produce única y exclusivamente tras enfrentarte a una enfermedad, la cual, produce que el intestino delgado disminuya la producción de lactasa. Entre las posibles enfermedades se incluye la infección intestinal, la enfermedad celíaca, una excesiva proliferación bacteriana o bien la enfermedad de Crohn. En estos casos, se recomienda emplear un tipo de medicación que permita recuperar los niveles de lactasa y así mejorar su sintomatología.
Intolerancia congénita
Es la menos frecuente y todo depende de factores genéticos. Tanto es así, que en el caso de algunos bebés pueden nacer con intolerancia a la lactosa al no contar con lactasa. Se trata de un cuadro autosómico recesivo, por lo que puede estar derivado por la falta de dicha enzima en los progenitores.