La primavera no es solo sinónimo de astenia en cuanto a salud se refiere, es en esta época del año en la que nos encontramos con las alergias primaverales, que se pueden mitigar con una correcta nutrición y unos hábitos saludables en la alimentación.

En concreto, la alergia que hace más su aparición es al polen, también llamada polinosis. La alergia es una respuesta inmune de defensa exagerada y anormal a un compuesto o sustancia y en cuanto al polen se refiere. En nuestro país, los pólenes que se llevan la palma en número de alergias son, por orden, el de las gramíneas y la parietaria, muy abundantes en toda nuestra geografía.

El clima afecta de gran manera a la concentración de polen en la atmósfera. La lluvia suele limpiar el ambiente, por lo que en climas más secos las alergias golpean con mayor fuerza.

Pero si padecemos de alergia, ¿podemos hacer algo para evitarla al máximo o minimizarla?

La importancia de los hábitos en las alergias primaverales

A continuación os detallamos algunos factores que pueden incidir en las alergias primaverales:

  • Información: informarte sobre los tipos de pólenes que te causan más reacción o los más abundantes en tu zona es básico. Para ello existen webs y varias aplicaciones móviles que te avisan en tiempo real del nivel de polen en tu localidad. Será de gran ayuda para planificar salidas y actividades al aire libre.
  • Uso de gafas y mascarilla: la mascarilla se ha convertido en una habitual de nuestra indumentaria, pero no solo nos protege de virus varios. En primavera es importante mantener su uso en exteriores para las personas especialmente sensibles. Las gafas de sol o de protección también son un complemento muy útil.

  • Evitar la ventilación en exceso: conviene evitar mantener puertas y ventanas de casa abiertas, y aprovechar las horas más bajas de concentración para ventilar el hogar. Otra idea es tender la ropa en interiores  para que las partículas no se adhieran al tejido.
  • Cuidar los  desplazamientos: Evitar viajar en moto o mantener las ventanillas del coche cerradas es básico para bajar las posibilidades de una crisis.
  • Ejercicio físico: es bueno mantener nuestros hábitos de ejercicio y actividad pero desplazándola a los interiores.
  • Medicación: llevar la medicación pautada para momentos de crisis encima nos puede salvar de reacciones más graves.

La alimentación puede ayudar

Este suele ser un aspecto olvidado en quienes padecen alergias primaverales, ya que no se correlaciona con la respuesta inmunitaria, pero no podemos olvidar que la mayor parte de esta se sostiene también a través del aparato digestivo.

No existe ningún alimento que elimine las alergias, pero sí hay cierta evidencia de que algunos reducen la inflamación y fortalecen el sistema inmune, por lo que mejoran síntomas como  los de la rinitis, tan comunes en primavera. Podemos cuidar de nuestra salud intestinal y microbiota con algunos de los que os dejamos a continuación:

  • Fermentados: kimchi, kombucha, chucrut, umeboshi, kéfir… y muchos otros fermentos  ricos en probióticos aumentan la riqueza de nuestra flora. No es necesario consumir una gran cantidad con una cucharada sopera diaria puede ser suficiente.
  • Cúrcuma: este “superalimento” ya por todos conocido, también resulta beneficioso en el caso de padecer alergias. El poder antiinflamatorio y antioxidante de la curcumina ayudará a desinflamar y el alto contenido en vitamina C (también antiinflamatoria) reducirá los síntomas.
  • Manzana: este humilde fruto, muy presente en nuestros campos, es un fantástico aliado para las personas sensibles a los alérgenos. Su alto contenido en vitamina C, pero también la presencia de quercetina (flavonoide tonificador del sistema inmune) mejora la reacción alérgica.

  • Ajo y cebolla cruda: igualmente ricos en quercetina, estos bulbos, ingeridos en crudo, resultan suaves “antihistamínicos” naturales.
  • Té verde: Antiinflamatorio y antioxidante bien conocido. Contiene  una sustancia llamada galato de epigalocatequina que interviene neutralizando la respuesta alérgica.

Además de los alimentos beneficiosos, tenemos otros que nos conviene evitar si no queremos que los síntomas empeoren: se podrían eliminar temporalmente irritantes como el alcohol o el café o proinflamatorios como los lácteos, el gluten o el azúcar. 

Existe también una buena lista de suplementación que puede resultar una ayuda extra: espirulina, ácido linoleico conjugado, polifenoles de manzana, omega-3 o extracto de romero. Consulta con tu farmacia para conocer su posología y dosificación.