La retención de líquidos es una de las principales causas de aumento del volumen corporal, especialmente cuando este aumento es repentino. Es muy habitual e incluso normal teniendo en cuenta que nuestro cuerpo es en su mayor parte agua. Este líquido que se encuentra en nuestro organismo lo filtra el sistema linfático y circulatorio. Cuando esta agua no se drena correctamente, se acumula en los tejidos causando la retención, también llamada edema.
La retención suele darse generalizada o localizada (piernas, muslos, vientre…), y normalmente viene acompañada por dolor o molestias en la zona afectada. Así mismo podemos notar la piel más hinchada y brillante, un aumento de peso corporal. También una reducción de la orina o menor flexibilidad en las articulaciones más afectadas. Una de las alternativas más empleadas para paliarlo es una correcta nutrición.
Causas de la retención de líquidos
No existe un solo factor que produzca la retención de líquidos, pero los más habituales son los siguientes:
- Sedentarismo: la nula o baja actividad física y deportiva perjudica la salud de nuestro sistema circulatorio, por lo que empeora la capacidad de filtrado del líquido a la sangre y fomenta su acumulación. Las posturas que adoptamos durante horas, tanto estando sentados como de pie. Esto produce una mayor acumulación de líquidos en la parte inferior de nuestro cuerpo.
- Mala alimentación: seguir una dieta elevada en sodio, baja en proteínas o vitaminas del grupo B aumenta el riesgo de padecer edemas.
- Embarazo y Menopausia: los cambios hormonales en fases como el embarazo o la menopausia producen mayor acumulación de agua en los tejidos. De igual manera, alguna de las fases del ciclo menstrual generan un entorno hormonal también propicio para esta acumulación. Especialmente la fase lútea, que se produce después de la liberación del óvulo y justo antes de la menstruación. Por este motivo que muchas mujeres experimentan hinchazón antes y después de las reglas, esta es transitoria y no conlleva peligro para nuestra salud, pero puede llegar a ser molesta y mejora con cambio de hábitos, masajes y terapia manual o la ayuda de la fitoterapia.
- Fármacos: el consumo de medicamentos como los corticoides, tratamientos hormonales o algunos antiinflamatorios también ocasionan retención. Suele tratarse de retenciones temporales que duran lo que dura el proceso terapéutico. En caso de que sean recetados a largo plazo, necesitaremos aplicar unas pautas para reducirla o mejorar las molestias asociadas.
Existen otras muchas causas que tienen como origen problemas de salud más o menos graves como el cáncer, la propia quimioterapia, patologías del funcionamiento del riñón, hígado o corazón… que deben ser revisadas por el profesional médico adecuado, pero suele existir una mejora con tratamiento médico seguido de pautas nutricionales ajustadas a la patología concreta.
Consejos para evitarla
- Alimentación: nuestra dieta es una de las principales bazas que tenemos para bajar los edemas. Reducir el consumo de sal es un básico, las mayores fuentes de sal las encontraremos en: carnes embutidas, encurtidos, quesos curados, salsas industriales y aguas minerales. Conviene revisar, en general, los ingredientes de todos los procesados que consumimos. El café también puede ayudar a retener menos líquidos porque es diurético, pero su consumo debe ser moderado.
- Higiene postural y actividad: durante las horas de trabajo es ideal procurar cambiar de posición cada cuarto de hora, tanto si trabajamos de pie como sentados. Usar mobiliario adecuado, con respaldos que se adapten a las formas de nuestro cuerpo y hacer ejercicios de movilización específicos para mejorar nuestra circulación sanguínea. Es igualmente importante mantener un buen nivel de actividad física diaria (priorizar ir andando, subir por las escaleras, emplear la bici para los desplazamientos, etcétera) y mejorar el ejercicio, en especial el cardiovascular.
- Fitoterapia: por último, tenemos un gran aliado en el empleo de plantas medicinales que ayudan a mejorar los edemas. La más conocida, pero igualmente efectiva, es la cola de caballo. También nos encontramos con el diente de león o la alcachofa, con propiedades drenantes y antioxidantes.
Si tienes problemas con la retención de líquidos, lo mejor es que consultes a tu médico o farmacéutica de confianza. Con más datos podremos darte incluso mejores indicaciones o recomendarte alguno de los productos de nuestra tienda para que puedas mitigar sus efectos en el menor tiempo posible.