En un momento como el actual, existen muchas dudas sobre cuál es la mejor opción dietética y nutricional para seguir en nuestro día a día. Por ello, no hay que descartar el empleo y la adaptación a otros tipos de productos y estrategias de alimentación donde fomenten el correcto uso de nuestro organismo. Existe una gran variedad de dietas y productos de nutrición de farmacia para acompañarlas y aportar a nuestro organismo todos los nutrientes necesarios para su salud.

Uno de los principales problemas que tienen las personas es el hecho de comer ciertos tipos de productos a deshoras y que a la vez le genere un cierto grado de dependencia emocional, también conocido como hambre emocional. Ante esta situación, no es de extrañar que nos encontremos con cuadros donde los cambios en el organismo comporten problemas de salud en el espacio-tiempo.

El hecho de vivir en una sociedad inestable, donde el constante ajetreo y los cambios de localización han hecho que los usuarios tengan que adaptarse a entornos cambiantes, ha propiciado que su alimentación tenga algunas alteraciones. Por ello, es necesario encontrar la manera de gestionar el tiempo y la rutina de nuestro día a día.

Controla el tiempo

Es posible que no lo sepas, pero cada acción tiene su tiempo y su situación. Por ello, tienes que estudiar la viabilidad del proyecto y a la vez, analizar si estás realizando las acciones oportunas o no. Partiendo de esa premisa, existe un problema de malos hábitos ante el cual podemos actuar realizando un cambio en nuestro día a día.

Existen distintas estrategias a seguir, pero es importante tener en consideración que se debe masticar bien y no ir con prisas. En ocasiones, una mala ingesta ha provocado problemas de salud graves y que terminan derivando en alteraciones en el orden correcto de nuestro día a día.

Lo más recomendable es realizar cinco comidas al día, que corresponderían al desayuno, al almuerzo, a la comida, a la merienda y a la cena. De este modo, nos  encontramos con una situación variada donde se producen una gran diversidad de ingestas y que, a la vez, provocan que nos podamos encontrar saciados en todo momento. 

A continuación os dejamos las recomendaciones para realizar este tipo de acciones:

Desayuno

Comenzar el día con energía es lo más importante y es que en ocasiones no caemos en el hecho de poder saciarse con extrema necesidad. Nada más levantarse se necesita el aporte calórico necesario para hacer nuestro día a día. De este modo, se debe consumir entre las dos horas posteriores al levantarse, por lo que se debe realizar entre las 5 y las diez de la mañana.

En algunas ocasiones te levantarás sin ganas de comer, pero es necesario  ingerir algunos alimentos para que el organismo pueda tener su aporte calórico para realizar la  función de cada día sin perder peso. Entre los distintos alimentos, se recomienda que sean fruta, cereales, algún producto con lácteos o proteína. 

Almuerzo

De camino al trabajo es el tentempié de media mañana. Su hora suele situarse entre las 10 y las 11, momento idóneo para comenzar a comer un poco más. La comida idónea es una pieza de fruta, un pequeño bocadillo e incluso un yogur o un batido. Con ello, lograremos estar saciados hasta la hora de la comida sin preocuparnos al llegar con hambre.

Comida

Se suele realizar entre las 13 y las 15 horas, aunque es cierto que es posible que nos encontremos con una situación de diversificación horaria. Para ello, el menú más completo debería incluir verduras, proteínas, vegetales, grasas saludables y algunos carbohidratos. De este modo, nos encontraremos con una dieta que nos facilitará la entrega de nuevos alimentos.

Merienda

Respecto a la merienda, la hora idónea se sitúa entre las 17 y las 18h,  momento donde se recomienda ingerir algo ligero. Esto puede ser un yogur o bien una pieza de fruta, lo suficiente para engañar al estómago por completo desde el primer momento.

Cena

El momento ideal es hacerlo a las tres horas previas de irse a dormir. Con esta acción, nos encontramos con la situación idónea, para lograr que se realice el acto de la digestión sin importar lo que suceda. Para ello nos encontramos con una porción pequeña y en la que se incluya proteína animal, una pequeña ensalada y carbohidrato.