La Chamaemelum nobile, conocida popularmente como manzanilla, es una planta muy habitual en nuestra geografía, de ella se conocen propiedades desde la remota antigüedad y muchas de ellas no iban desencaminadas respecto a los usos beneficiosos para nuestro organismo que la ciencia sí ha verificado, especialmente en dietas, aunque siempre debe ir acompañada de unos hábitos de alimentación saludables.
La manzanilla o “manzana pequeña” es una de las mayores protagonistas de los remedios populares en todo el país, aquí te hablaremos de una de sus utilizaciones más corrientes, pero en la que brilla más: la mejora de las dolencias digestivas.
Usos digestivos de la manzanilla
Tanto en extracto como en infusión o decocción, la manzanilla es un gran tónico digestivo. Algunos de sus compuestos como sus flavonoides relajan las paredes estomacales y calman las irritaciones en esta zona. Por eso mejoran las digestiones de manera directa.
Pero no solo se trata de su uso como tónico digestivo de forma directa. La manzanilla también relaja el sistema nervioso y como consecuencia también favorece unas mejores digestiones de un modo más indirecto.
Tanto los cólicos, gastritis, gastroenteritis, úlceras o gases mejoran por sus propiedades antiinflamatorias y como relajante muscular.
Debido a estas mismas propiedades, también es beneficiosa para mejorar las dolencias relacionadas con el síndrome premenstrual y el mismo periodo menstrual. Esa mayor relajación y desinflamación ayuda a su vez con los molestos síntomas gastrointestinales asociados a estas fases del ciclo femenino.
Otro de los usos internos es el del cuidado hepático por su capacidad para eliminar la bilis de la vesícula. Como vemos, se trata de un arbusto polifacético en cuanto a sus usos medicinales.
Cómo consumirla
De la manzanilla se usan sus sumidades florales tanto secas como frescas. Su preparación más habitual y sencilla es en infusión, aunque puede realizarse en decocción, en extracto o en su polvo concentrado en cápsulas.
Si la consumimos en infusión, su dosificación es de una cucharada de postre de flores por cada taza de agua. Se dejaría reposar de 5 a 10 minutos y se recomienda ingerir en torno a dos o tres tazas diarias en los periodos de aumento de los síntomas que queremos paliar.
Se trata también de una de las plantas medicinales más usadas en la infancia. Tanto es así que se puede consumir desde los 6 meses de edad (cuando los padres ya han introducido sólidos y agua en la dieta como añadido a la leche). Tan solo tendremos que ajustar la dosis a una cucharadita de café por taza y ofrecer unos sorbos en su biberón o vasito. Con los niños mayores de tres años mantendremos la misma dosificación por taza, pero podremos ofrecer también de 1 a 3 infusiones por día.
Contraindicaciones de la manzanilla
Aún y que hablamos de una de las plantas medicinales más seguras que existen, como todas las sustancias, puede no ser adecuada en algunos casos y patologías:
- Personas con somnolencia: quienes estén consumiendo ansiolíticos, antidepresivos, antihistamínicos u otros medicamentos que produzcan sueño, como también individuos con una condición que les pueda producir somnolencia, ya que, en caso de un consumo frecuente, podría aumentar el sopor.
- Mujeres embarazadas o lactantes: aunque no se ha llegado a demostrar, es recomendable evitar su ingesta si se sospecha de posible embarazo.
- Alérgicos al polen: Podría producir alergia o empeorar sus síntomas.
- Vómitos: aunque, tal y como hemos visto, la manzanilla suaviza ciertas molestias estomacales, si existen vómitos muy frecuentes es más idóneo suspender su ingesta al poder aumentarlos.
- Uso de determinados medicamentos: además de todo lo descrito, si te han prescrito un nuevo fármaco y vas a seguir consumiendo plantas medicinales, siempre es mejor consultar a tu médico especialista o a tu farmacéutica de confianza para revisar posibles incompatibilidades.