Puede ser que no lo sepas, pero hay personas que tienen alergias a las legumbres. Es una patología cada vez más ampliada en todo el planeta y es que existen algunos componentes que impiden que se pueda digerir de una manera correcta sin suponer importantes alteraciones en nuestro organismo y flora intestinal, y por ende, nuestra nutrición.
En ocasiones se da el caso de que tenemos complicaciones en el momento de hacer la digestión y es algo que se prolonga en el tiempo. Este tipo de cuadro clínico puede ocasionar que tengamos que acudir a especialistas y que nos indiquen que tipo de dieta debemos seguir para recuperar los valores normales de distintos elementos de nuestro organismo.
Actualmente, existe una amplia variedad de legumbres que se emplean como alimentos que tienen problemas o complicaciones digestivas. Entre ellas, destacan las lentejas, guisantes, cacahuete, soja o altramuz, mientras que la judía verde, blanca o pinta no suele ocasionar ningún tipo de reacción.
Sintomatología
Todo depende del tipo de país y hábitos de consumo que se hayan extendido en los últimos años en la población. En el caso de la población española, es más frecuente en esa población infantil masculina frente a la femenina. Por su parte, a medida que van madurando y creciendo, se van desapareciendo los síntomas.
Según se ha podido saber, la lenteja es la legumbre que provoca mayores reacciones alérgicas en la población infantil nacional con un 78%, junto al garbanzo (72%) y el cacahuete que se sitúa en un 33%.
En la mayoría de los casos se observan unas manifestaciones similares e idénticas en cada una de las legumbres. En líneas generales, observamos que hay alergia oral, urticaria, rinitis, anfalixia, angioedema, entre otros casos. En todo caso, hay que recordar que la judía madura es más rica en proteínas en su depósito de albúmina, por lo que suelen provocar algunas alteraciones en su cuerpo.
Diagnóstico y tratamiento de la alergia de legumbres
Actualmente, existen distintos tipos de pruebas diagnósticas y la más frecuente es la prueba cutánea mediante prick, la cual determina la sensibilización mediada por IgE en una legumbre. Para ello, es recomendable emplear las verduras cocidas para cotejar datos y es que debido a su estructura interna se potencia la alergenicidad.
En el momento de determinar que acciones o actos debemos seguir para evitar que la alergia o reacción incida negativamente en nuestro cuerpo, es preciso ponerse en manos de los especialistas. Para ello, hay que acudir a un especialista digestivo o nutricionista que nos indicará que debemos seguir en ese sentido.
Es probable que en el último caso nos encontremos con una recomendación muy clara y es que se debe evitar la exposición o contacto directo a la verdura o legumbre en cuestión y a la vez no respirar los vapores provenientes de la cocción de la misma. Por otro lado, es recomendable que se preste especial atención a los productos que tengan cacahuete o soja al ser manufacturados y se consumen con gran asiduidad, ya sea en cremas o leches.