El colágeno es la proteína (un macronutriente) más abundante que existe en nuestro cuerpo. El propio organismo es capaz de crearla por sí mismo, pero, a partir de aproximadamente los 30 años de edad, esta producción se reduce considerablemente. Sin embargo, se trata de un elemento imprescindible para muchas funciones corporales, por lo que nos beneficiaríamos de consumirlo en forma de alimentos o suplementos dietéticos. 

¿Qué tipos de colágeno existen?

Tanto en nuestro cuerpo como en el de otros animales existen diferentes tipos de colágeno:

  • Tipo I: funciona como una fibra que aumenta la elasticidad de los tejidos. Lo encontramos en la piel, pero también en la córnea, los huesos y los tendones.
  • Tipo II: su función es aportar resistencia. Se encuentra en los embriones y en los cartílagos en su mayor medida.

  • Tipo III: sujeta los tejidos y es muy elástico. Se encuentra en las venas, piel y músculos.
  • Tipo IV: presente exclusivamente en la dermis. Es el que nos aporta firmeza e impide que los tejidos cutáneos se “descuelguen” antes de tiempo, por lo que cumple una importante función para evitar el envejecimiento prematuro.
  • Tipo V: también otorga resistencia y elasticidad, pero se encuentra únicamente en los órganos internos.

Existe otro tipo de colágeno sintetizado que sería el hidrolizado y es el más recomendable para ingerir en suplementos o vitaminas. La diferencia es que se ha convertido en una proteína soluble y se le han añadido alimentos de la micronutrición que ayudan a potenciar su efecto en nuestra salud. Este tipo de colágeno se absorbe con mucha más facilidad que el presente en los alimentos convencionales.

Si también queremos potenciar su absorción en nuestras comidas diarias, conviene tener en cuenta que solo lo encontraremos en alimentos de origen animal, tanto en las carnes magras como en pescado, pero especialmente en pieles, huesos y cartílagos. Es por eso que las formas de preparación en que estará más presente son los caldos de hueso, las gelatinas y consumiendo las pieles de carnes y pescados.

¿Qué beneficios tiene la suplementación con colágeno?

  1. Previene el envejecimiento: envejecer es un proceso natural de todo ser vivo, pero algunos factores, como pueden ser una mala alimentación, hábitos como el tabaco o el consumo de alcohol y el sedentarismo, potencian un envejecimiento precoz. Si tenemos alguno de estos condicionantes, la suplementación puede ser de gran ayuda. También a nivel tópico para mejorar los primeros signos de bajo colágeno como son la pérdida de firmeza o las primeras arrugas. Existe evidencia científica de que mejora la hidratación y aumenta la producción de elastina, otra proteína que se encargaría de sostener tejidos cutáneos.
  2. Mejora la salud articular: especialmente en mujeres y si tienen antecedentes familiares  de artritis o artrosis a temprana edad. Además, existen diferentes ensayos clínicos que confluyen su efectividad en la mejora notable del dolor y las molestias articulares, tanto en el caso de existir una patología como en el caso de mujeres y hombres deportistas que colocan en fuerte tensión sus cartílagos y articulaciones.
  3. Ayuda a rebajar la pérdida ósea: es igualmente importante en el caso de las mujeres, ya  que el riesgo de osteoporosis es mucho mayor. Existen estudios que asocian la toma de suplementación de colágeno y calcio al aumento de la densidad ósea en niveles significativos. Está igualmente ligado al incremento en la masa muscular, lo cual es un soporte para  todo el sistema óseo.
  4. Cuida de nuestra salud cardiovascular: otros estudios demuestran que el colágeno tiene la capacidad para prevenir el debilitamiento de nuestras arterias. Esto mejoraría el pronóstico de posibles casos de arteriosclerosis y, como consecuencia, evitaría ataques cardíacos y otras dolencias coronarias. En esta línea de investigación también se sospecha de la disminución de colesterol “malo” y aumento del “bueno”.