No, para lucir no hay que sufrir y es un hecho. Muchas veces tendemos a normalizar algunos estereotipos de género, los cuales terminan generando importantes problemas sociales y personales. De este modo, el hecho de pintarse las uñas es una decisión individual y no colectiva, especialmente dentro de la cosmética. Partiendo de esa premisa, en muchas ocasiones erramos en el momento de escoger el quitaesmalte (un básico en los productos de manicura profesionales) que mejor se adapte a nuestro organismo.

Es posible que no lo sepas, pero la capacidad de las uñas de absorción es similar a la de la piel. De este modo, tenemos que estudiar el tipo de composición de cada uno de estos productos y a la vez, conocer cada una de las propiedades del mismo. Por ello, no hay que arriesgar más de la cuenta en el momento de escoger ese producto que nos permitirá poder cuidar a la perfección nuestro organismo.

Qué es un quitaesmalte

Cuando hablamos de un quitaesmalte, hacemos referencia a esa solución líquida que se caracteriza por contar con distintos elementos químicos que una vez combinados generan una loción o producto que permite que las capas de pintura de las uñas desaparezcan y así que este órgano del cuerpo humano pueda respirar y oxigenarse.

En líneas generales, un quitaesmalte no es más que un disolvente, el cual se encarga de eliminar cualquier tipo de película dura que están en la superficie de la uña. De este modo, hacemos referencia a un elemento líquido que se caracteriza por ser agresivo y que puede llegar a dañar las uñas por su alto grado de corrosión.

Según su formulación hay dos tipos de quitaesmalte:

Quitaesmalte con acetona

La acetona es el disolvente que más rápido actúa y mejor quita la pintura o esmalte. Eso sí, según su grado de alcohol, puede llegar a secar la cutícula y a la vez hacer que la piel de alrededor de la uña sea cada vez más áspera. Se trata de un componente poderoso y que no tiene rival. 

Eso sí, en caso de que tengas problemas en la piel, es de los más agresivos. Tanto es así, que se caracteriza por eliminar los aceites esenciales y naturales de la piel. De este modo, un empleo continuado de los mismos hará que se pierda la tonalidad de la piel, aunque es un factor temporal y que se puede volver al color natural mediante una crema hidratante.

Quitaesmalte sin acetona

Este tipo de quitaesmalte es mucho menos agresivo y es que emplean el glutarato de dimitilo, alcohol isopropílico, acetato de etilo, o el carbonato de propileno, entre otros. Por otro lado, emplean componentes propios como la glicerina, o algún aceite vegetal que garantizan que la piel de se seque.

En líneas generales, este tipo de elementos y productos se emplean con mayor insistencia y es que no tienen la misma productividad que los quitaesmaltes con acetona. Por ello, se debe de aplicar un mayor periodo temporal y a la vez se deberá aplicar más volumen de líquido.

Recomendaciones principales

En el momento de incorporar los quitaesmaltes a tu rutina de salud y tratamiento estético corporal debes tener en cuenta algunas recomendaciones que facilitarán su uso. A continuación os dejamos las más importantes:

  • La acetona es más efectiva y a la vez permite quitar el esmalte de uñas de manera más rápida.
  • Un uso prolongado de quitaesmaltes con acetona hace que las uñas, cutículas y piel sufra daños y se seque. 
  • Las personas que tengan uñas frágiles o secas no deben utilizar los productos con acetona.
  • Se recomienda utilizar quitaesmalte con acetona una o dos veces al mes.
  • El quitaesmalte sin acetona es más suave y menos agresivo para la piel.
  • Busca productos que contengan componentes hidratantes como la glicerina.
  • Los quitaesmaltes sin acetona no sirven para los esmaltes semipermanentes.
  • Se recomienda los quitaesmaltes sin acetona para esas situaciones donde se produzcan cambios de color constantes de uñas. 
  • Los productos sin acetona se emplean principalmente en colores claros y es recomendable para esas personas que tengan la piel y uñas secas o sensibles.