Es una de las tendencias más preocupantes y alarmantes de los últimos años, y es que las dietas son uno de los componentes de nuestro día a día.  Se estima que más del 50% de la población ha realizado algún tipo de dieta alguna vez en su vida, algo que llama la atención viendo las dinámicas que existen. Por ello, en muchos casos se tiende a generalizar y a emplear algunos tramos de control como es el caso de la acetona, que es uno de los controladores de dietas. 

En el momento de comenzar una dieta, es posible que vayas notando algunos cambios en tu organismo y observes cómo te vas cansando más en los últimos días. Normalmente, se suele decir que en el momento que empiezas a notar algunos cambios en tu organismo es cuando empiezas a perder peso, pero no es así.

Una dieta comienza a funcionar en el momento en el cual empiezas a quemar grasa y a reducir el peso. Esto provoca que el cuerpo empiece a readaptarse en la manera de trabajar y también supone que se queme la grasa en vez de consumir los carbohidratos como fuente de energía. En este proceso, se libera la acetona, que es uno de lso indicadores más seguidos y analizados para el control de la dieta. 

En una amplia mayoría de dietas se centran en restringir el consumo de carbohidratos, algo que comporta que se reduzca el aporte de glucosa al organismo y este necesite quemar la grasa como fuente de energía. Durante este proceso se libera un tipo de sustancia que se acumula en la sangre y se conoce como cetosis. 

¿Cómo afecta la acetona?

Las dietas suelen mantener al paciente en un estado de cetosis que se prolonga durante meses. Con esta acción se reduce la sensación de apetito en un amplio espacio de tiempo en el cual se realizará la dieta. Normalmente la denominada cetosis se produce  a los tres días de comenzar la dieta y estará presente hasta terminar la misma. 

La acetona puede interferir en diversas funcionalidades de nuestro organismo según avance el proceso de la dieta. A continuación os detallamos algunos aspectos que pueden evidenciar la evolución de la misma:

  • Mal aliento: Es uno de los factores más importantes para saber que estás en un proceso inicial de funcionamiento de la dieta. La acetona se libera mediante el aliento y para quitar ese olor o sabor se recomienda beber agua.
  • Mareos y migrañas: Al existir una menor capacidad de alimentos en nuestro organismo, es posible que se produzca una alteración en los sentidos.
  • Orina con olor fuerte: La acetona es uno de los elementos que se pueden eliminar mediante la orina. Por ello, se intensifica el olor de la misma, por lo que es una situación habitual.
  • Pérdida de calcio: Con un exceso proteico como es el que se da en este caso, favorece la pérdida de calcio de los huesos mediante los riñones, provocando un favorecimiento de la aparición de la osteoporosis. 
  • Por otro lado, también se suelen producir vómitos, dolor abdominal, problemas respiratorios junto a las náuseas. 
  • A todo ello, se suele perder masa muscular, que es una de las principales consecuencias de esta tipología de dieta, donde se produce una reducción de masa muscular al disminuir las reservas de grasa. 

La cetosis a corto plazo no suele ser un problema importante. Sin embargo, en casos donde se prolongan temporalmente, es posible que te afecte en diversos órganos, algo muy preocupante si se produce una pancreatitis. En caso de mujeres embarazadas se puede llegar a producir una afectación del feto, por lo que es un aspecto que tienes que analizar cada día.