En los últimos años, nos hemos percatado de un cambio en la sociedad donde nos estamos centrando expresamente en el terreno de la salud física y mental. En el primer caso, que es el que nos atañe hoy, la salud corporal es fundamental, especialmente la higiene facial. Esta puede comportar problemas a la larga que se pueden cronificar con el paso del tiempo.
La piel facial es el fiel reflejo de nuestro día a día, y por ello, es una de las partes de nuestro cuerpo más sensible. Sobre ella podemos exponerla a agentes voluntarios externos, como es el uso del maquillaje o de las propias impurezas de la piel, como a agentes externos involuntarios, como son las diversas partículas que están en el aire del ambiente.
Con el paso del tiempo se ha comprobado que una de las mejores opciones son las limpiezas o higienes faciales, algo que hará que tu piel esté más cuidada, bonita y que luzca como nunca. De este modo, una buena sesión de higiene facial, puede ayudarte a hidratar la piel y a la vez a mejorar la oxigenación del cutis.
Se recomienda que la higiene facial se realice con cierta periodicidad, de manera constante y así poder comprobar sus resultados y beneficios. Una correcta higiene facial hará que las células muertas de la piel se eliminen. Con esta acción podrás evitar que se obstruyan los poros de la piel y logrando que se oxigene de una manera óptima.
Actualmente, existen varias técnicas o estrategias para hidratar la piel que pueden hacer que sea mucho más sencilla. Entre sus variables principales se encuentra el estudio del tipo de piel y los posibles efectos que tendrán los tratamientos sobre ella. Cabe destacar que existen muchas variables que pueden afectar a este tipo de tratamientos.
Piel seca o piel grasa
Tradicionalmente, se ha escuchado hablar en repetidas ocasiones de varios tipos de piel, como es el caso de la piel normal, la piel seca o la piel grasa. La piel normal es esa que todos los valores de la misma se encuentran en equilibrio. A continuación daremos algunos tips sobre los diferentes tipos de piel:
- Piel seca: Es un tipo de piel que no produce sebo o bien lo produce en cantidades inferiores a las normales. Esto hace que carezca de los lípidos necesarios para retener la humedad y a la vez formar un escudo ante las adversidades climatológicas externas.
- Piel grasa: Se trata de una piel que cuenta con una excesiva producción de sebo, algo que se puede observar según el color o las variaciones de la piel, donde los brillos de la misma pueden alterar nuestro organismo.
Beneficios de la higiene facial
La higiene facial es algo que tendrá consecuencias físicas tanto durante como después del tratamiento. Por ello, es necesario realizarla con detenimiento y pensando en cada uno de todos los pasos a seguir. Durante el proceso, lograrás que la piel se hidrate, algo que repercutirá positivamente en tu día a día.
Una vez realizada, con el paso de las horas observarás que la piel reacciona mejor, permitiendo que se pueda absorber los productos rápidamente. Cabe destacar que durante el proceso de higiene facial lo que haces es remover esas células muertas y otras bacterias que se han acumulado sobre tu piel. Con ello, consigues que se descongestionen los poros faciales.
Con una correcta higiene facial consigues eliminar los signos de cansancio de la cara y a la vez algunas imperfecciones. A todo ello, también te ayuda a activar la circulación sanguínea en la zona facial, permitiendo que se tonifique la misma. Por último, previene la aparición de granos, espinillas, y algunas arrugas.